“Jamás filmé buscando generar una situación de violencia. Usé el celular para tener la mejor calidad de videos de mis hijos. Me acerque a la ventana y saludé a mi hija, ella no me contestó. Le dije que no podía seguir enojada conmigo y me respondió: ‘no hablo con los muertos’. No podía creer lo que me dijo”, explicó el traumatólogo Luis Fernando Allori, quien está imputado por las lesiones que sufrieron su ex esposa S.L (a quien habría desmayado golpeándola contra una pared) y su hija, H. (15 años), a quien le habría provocado un corte en la mano con un vidrio.

Allori sostuvo que el 12 de febrero fue a la casa de su ex para buscar a su hijo menor y llevarlo a jugar al fútbol. Dijo que el chico lo recibió bien, pero que debió entrar de nuevo a buscar los botines y que en ese lapso ocurrió todo. Allori se acercó a la ventana y, tras ser rechazado por su hija, le pidió explicaciones a S.L. Dijo que la mujer le exigió que se fuera y lo insultó. “Quería saber por qué H. me trataba así, si dos días antes habíamos estado los tres llorando abrazados en el velorio de mi suegra”, señaló. En ese momento le tembló la voz.

“Salió nuevamente mi hijo y me agaché para atarle los cordones. Ella (S.L) salió gritando ‘¡qué filmás puto!’, me pateó el pecho y yo caí al cordón. Estuve en el piso recibiendo patadas de la ‘supuesta víctima’. Mientras tanto mi hija intentaba quitarme el celular. Tengo fuerza, no me hubiera costado mucho sacármelas de encima, pero nunca les levante la mano”, agregó el médico que era atentamente oído por el juez Eduardo González y por las partes.

“Un tropiezo”

El imputado indicó que finalmente le quitaron su teléfono y que ambas mujeres corrieron para entrar a la casa. “Se estaba de crocs, creo que por eso se tropezó con el borde del camino y trastabilló: terminó golpeando con el rostro contra la pared. Me acerqué a levantar mi teléfono y sentí un golpe en la nuca. Quedé mareado”, explicó, refiriéndose al momento en el que su hija H. lo hirió con un vaso se vidrio. En ese momento el abogado del Niño, Gonzalo Villagrán, le preguntó si como traumatólogo le parecía posible que S.L haya terminado sufriendo fracturas en el rostro y que haya requerido cirugías y un injerto por el golpe de una caída. “Primero le diría que consulte a un especialista en el área maxilofacial, pero se trata de huesos frágiles: una caída o un simple pelotazo podrían causar una fractura”, respondió.

Alegatos

“La señora solo recuerda dos golpes, pero fueron más”, indicó Álvaro Litovic, el auxiliar de la Fiscalía de Violencia de Género (a cargo de Gerardo Salas), durante su alegato en el que sostuvo que se acreditó todo lo manifestado por las víctimas. La médica S.L denunció que el agresor la tomó de la nuca y comenzó a golpearle la cabeza contra la pared. “Hija de puta, te voy a matar”, llegó a escuchar antes de desvanecerse.

Todos los acusadores destacaron el testimonio de H., la prueba de la cámara Gesell es clave para la teoría del caso de la Fiscalía, de la querella encabezada por Manuel Pedernera y también para Villagrán y la defensora de Niñez, Julieta Abaca Diambra.

“Nunca voy a olvidarme del ruido del golpe contra la pared”; “yo sabía que esto iba a pasar algún día”, esas son dos de las frases que expresó la chica de 15 años, durante su declaración y que tuvieron alto impacto entre quienes la oyeron. Otro detalle que destacaron los querellantes fue que la adolescente manifestara que por el miedo que le generaba su padre siempre tenía a mano algún objeto para poder defenderse. En este caso fue un vaso, el cual le arrojó a la cabeza a su padre. “¿Que hubiese pasado si la menor no arrojaba ese vaso? Allori puso en riesgo la vida de esta mujer y no terminó ocurriendo algo peor por la acción de su hija”, planteó Pedernera, que amagó con pedir una pena por tentativa de homicidio, pero finalmente desistió (al considerarlo difícil de probar). La Fiscalía pidió 12 años de prisión por los delitos de lesiones graves agravadas (en perjuicio de S.L) y lesiones leves agravadas (en perjuicio de H.).

Los defensores Marcelo Cisneros y Roberto Vicic enfatizaron que Allori decía la verdad y que los videos que grabó el médico serían la prueba de su versión. “¿Cómo se puede defender un varón? Solo con un video, porque si vamos testimonio contra testimonio le creen siempre a la mujer”, dijo Vicic. La defensa pidió la absolución y cuestionó que la acusación haya invocado a la “sensibilidad social” para pedir la máxima pena para el delito. Por último remarcaron que no negaban la violencia, pero que fue mutua.

Malestar: la defensa cuestionó que llamaran “Hombre Lobo” al acusado en las audiencias

“El doctor Allori ya tiene una condena social desde febrero, porque la querella se encargó de ensuciarlo desde el primer momento. Fue llamado en los medios como ‘Hombre Lobo’. El trato que tuvo la prensa con él fue muy cruel, al igual que el de los acusadores que también lo llamaron así en las audiencias”, expresó el defensor Roberto Vicic (foto) en su alegato. Reclamó que no se respetaron los derechos y garantías de su cliente durante el proceso. “¿Qué esperan diciendo eso? ¿Que Allori se transforme en hombre lobo?”, agregó. El auxiliar fiscal Álvaro Litovic le respondió en una de las réplicas. “Nadie espera que se transforme en nada, solo se parafraseó lo que dijo su propia hija en la cámara Gesell, así lo describió H.”, explicó el representante de la Fiscalía. A su vez, el codefensor Marcelo Cisneros cuestionó que se invocara al rugby y a las artes marciales (deportes que Allori practica) en el debate. “Eso se mencionó para mostrar la asimetría que habría si el acusado peleara con su esposa e hija”, respondió el auxiliar.

Puntos claves

En Febrero, según la acusación, Luis Federico Allori desmayó a golpes a su ex esposa S.L y luego, con un vidrio, le ocasionó un corte a su hija H. en la mano.

Ayer el imputado rompió el silencio y dio su versión. Dijo que su ex se tropezó y se golpeó al caer, además negó haber herido a su hija, quien le tiró con un vaso.

La cámara Gesell realizada a H. y los estudios médicos son pruebas contundentes para la Fiscalía y las querellas. La defensa las considera insuficientes.

En el juicio, declararon los psicólogos y peritos que vieron a las víctimas y al acusado, también vecinos que declararon en favor de la mujer y su hija.